martes, 27 de diciembre de 2011

Ejercicio 2: antibióticos, Fleming y la penicilina

Antibióticos, mejor no abusar...













Todo comenzó con el descubrimiento de la penicilina en 1928, fue descubierto por el bacteriólogo Alexander Fleming, el cual lo averiguó por casualidad. En uno de sus cultivos de filococos que había dejado sin tapar apreció una mancha de moho circular y alrededor de ella no había bacterias. 
Después de varios experimentos, entre ellos con ratones para comprobar si esta sustancia podría ser tóxica para el organismo, comprobó que lo que ese moho producía era un fenómeno de antibiosis (el moho producía una sustancia que mataba a los microbios). Pero la sustancia no se podía emplear aun en inyecciones, sin antes eliminar unas proteínas extrañas. En 1940 Ernst Boris Chain y Howard Walter Florey, trabajadores del laboratorio de bioquímica de la Universidad de Oxford consiguieron eliminar esas proteínas sin que el hongo se volviera inestable. Como consiguiente de este descubrimiento en 1945, Fleming, Florey y Chain recibieron el Premio Nobel de Medicina.

Gracias a ellos se consiguieron salvar muchas vidas, sobre todo en la segunda Guerra Mundial, salvando a muchos heridos de gangrena y septicemias (típicas de heridas de guerra). Incluso se llegó a decir que Fleming fue la persona que más vidas había salvado de la historia.


La palabra antibiótico la comenzó a utilizar Selman A. Waksman en 1941, llamaba así a las sustancias que destruían el crecimiento de microbios. La mayoría de estos se extraen de bacterias o por síntesis química, los principales antibióticos son: 

Cefalosporinas, efectivas contra numerosas bacterias. No suelen tener efectos secundarios.
Estreptomicina, efectiva contra la tuberculosis. Alta toxicidad, puede causar deterioro renal y cerebral.
Cloramfenicol, se utiliza mucho en infecciones oculares. Gran número de efectos secundarios.
Tetraciclina, efectiva contra infecciones de rickettsias y de la piel. Efectos secundarios, náusea, vómitos y diarrea.
Vancomicina, efectiva contra bacterias grampositivas.

Penicilinas, efectivas contra estafilococos, estreptococos, meningococos, genococos, espiroquetas y infecciones por ascomicetes. No gran toxicidad pero si reacciones alérgicas.

Hay que tener cuidado con el abuso de estos medicamientos, ya que el uso excesivo o innecesario favorece la aparación de bacterias resistentes a los antibióticos y por lo tanto dejan de funcionar. Hay que tener claro que solo debemos usarlos cuando nos lo receten, y nunca contra virus, ya que solo son efectivos contra bacterias.

1 comentario:

  1. "Estafilococos", no filococos.
    Algo mejor, aunque sobran fórmulas y falta texto (una explicación más detallada del descubrimiento de la penicilina).

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